No se puede permitir que vaya a operar en Comodoro Py

Además de su cara más visible de presidente de Boca, recientemente reelecto, Daniel Angelici es un operador radical-macrista en el Poder Judicial y ahora también en la Agencia Federal de Inteligencia, ex SIDE.

Si bien el macrismo había prometido una nueva AFI, la nueva jefatura de la Agencia puso como director de Finanzas al contador Juan José Galea, un personaje muy cercano al ex subjefe de la SIDE en tiempos de la Alianza, el abogado Darío Richarte.

Galea ocupó ese mismo cargo durante el gobierno aliancista y quedó envuelto en el escándalo de pago de coimas para aprobar la ley de flexibilización laboral en el 2000.

Galea y Richarte juegan ahora para Daniel Angelici, dirigente cada vez más influyente en la justicia federal. A tal punto llega la sociedad con Angelici, que Richarte integra la comisión directiva de Boca. Elisa Carrió ya se quejó en público de que Angelici quiere “manejar Comodoro Py”.

A partir de la designación de Galea en la AFI, el Tano empieza a tallar en la Inteligencia, un área que en breve volverá a manejar la herramienta judicial de las escuchas telefónicas. Porque el macrismo prepara una reforma para que la AFI recupere la potestad (hoy en manos de la Procuración General) que había perdido con la modificación kirchnerista de marzo pasado.

Angelici cumple roles múltiples: presidente xeneize, hombre de consulta de Mauricio Macri, reconocido operador con contactos en la Justicia y referente de la empresa World Games SA.

Incluso llegó a ser el presidente de la Cámara Argentina de Salas Bingos y Anexos y es propietario de bingos y hasta un stud de caballos de carreras.

Los antecedentes de Mauricio Macri sobre el mundo de la inteligencia no eran alentadores. Estuvo investigado por la causa de escuchas ilegales del Gobierno porteño que llevó a la fama al agente Ciro James y expulsó al cuestionadísimo comisario Jorge “Fino” Palacios.

Ahora, sus designados en la ex SIDE confirman los peores pronósticos, tras la confirmación de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani para conducirla.

Arribas es la cara visible de un grupo dedicado a la compra de jugadores, sospechado de lavar plata. Fue socio de la empresa HAZ, por las iniciales de  Fernando Hidalgo (ex socio de Gustavo Mascardi), Arribas y el israelí Pinhas Zahavi, desde la que cerró acuerdos con inversores rusos y con el grupo MSI, del magnate iraní Kia Joorabchian. “Arribas era el testaferro de Mauricioi”, afirmó el ex vice de Macri en Boca, Roberto Digón.

Majdalani y su esposo, el escribano Jorge Olivero (condenado por realizar una burda estafa), tienen un historial turbulento en la justicia. En 1998, Majdalani fue interventora de la Obra Social de la Encotesa y las Telecomunicaciones, lo que le costó una denuncia por parte de su sucesor en el cargo, el abogado Leandro Illia, por “serias irregularidades en el manejo de fondos”.

Majdalani además fue imputada en dos causas. Iniciada en 2006, por el delito acción pública, en una a Majdalani se la acusa por el robo y usurpación de un predio estatal ubicado en Andalgalá, Catamarca, para que lo explotara la Minera Andina SA. La diputada integraba el órgano ejecutivo de la minera que usó ese terreno, perteneciente a Fabricaciones Militares, desde 1991 hasta el 2006, cuando fue desalojada por la justicia.

En 2004, Majdalani fue acusada por haber participado de una maniobra para vaciar un grupo de compañías de seguros. En 1997, fue la presidenta de Paraná Seguros, una de las empresas involucradas en la supuesta estafa.