La muerte de Cristian Crespo, de 17 años que cayó del sexto piso de un edificio que dependía del Instituto de la Vivienda de la Ciudad, volvió a poner en evidencia el vacío macrista en este aspecto.

Un grupo de Inquilinos Agrupados afirmó que “los problemas no se reducen a las inmobiliarias, las comisiones, la garantía y a ser o no ser dueños. Existen, también, los problemas propios de los inquilinos de hoteles, de conventillos, de inquilinatos, que viven en la ilegalidad, sin contratos y sin estabilidad”.

Las obras en el edificio donde ocurrió la tragedia debían finalizar para el 2012, pero nunca se terminaron pese a los anuncios de campaña de Horacio Rodriguez Larreta.

Para la organización social que agrupa a inquilinos la muerte del joven “es la consecuencia de la política de vivienda de un Gobierno, que no destina recursos en dar soluciones habitacionales a los vecinos de los barrios más humildes, que no pone un límite al abuso de las inmobiliarias y que dedica todo su esfuerzo en llevar adelante enormes negocios inmobiliarios”.