Sabido es que la influencia mediática que tiene Marcelo Tinelli es para nada poca cosa. A tal punto que los políticos que corren rezagados en la carrera por alcanzar lugares ejecutivos se relamen ante la posibilidad de ser invitados a la nueva edición del Bailando por un Sueño.

Los ejemplos pasados sirven de muestra. El repunte de Menem en la campaña para su reelección, la caída de la imagen de De la Rua cuando visitó el programa y la utilización de De Narváez en la elección legislativa de 2009. Otros en cambio eludieron esa presencia mediática.

En tanto, algunas encuestas privada midieron al empresario mediático luego de las criticas que mencionó contra el oficialismo.

Pese a que los números no eran tan buenos como los esperados, Tinelli mantuvo un silencio hasta el día de ayer. “Hoy no me gustaría ser gobernador. Tengo ganas de estar acá. También dije que no iba a ser dirigente de San Lorenzo y terminé siendo vicepresidente”, afirmó.

Las declaraciones las formuló en el lanzamiento del nuevo ciclo de su programa.

“Hoy estoy muy contento en lo que estoy haciendo, en mi vida como conductor, como empresario de los medios, como dirigente de fútbol, trabajando en San Lorenzo y en la AFA, tratando de hacer lo que me gusta”, concluyó.