Si en el primer mes aniversario de la muerte de Nisman la marcha fue multitudinaria, en el segundo la convocatoria fue magra. Además, los principales activistas de la operación opositora para santificar al fiscal, Bullrich, Alonso, Stornelli, debieron bajar su perfil.
Andrés Brown Redacción En Orsai // Viernes 20 de marzo de 2015 | 12:12
Si bien su trabajo en la fiscalía especial para la causa AMIA presentaba irregularidades que en el ambiente judicial eran un secreto a voces, la muerte de Alberto Nisman apuró una operación de santificación, con el único objetivo de desgastar al gobierno.
Pero a medida que se conocieron detalles sobre el trabajo del fiscal, la maniobra entró en crisis y la canonización de Nisman pasó a un segundo plano.
La información que desgastó la operación fueron al menos dos: el abogado de Diego Lagomarsino confirmó que Nisman se quedaba con el 50 por ciento de su alto sueldo, es decir 20 mil pesos mensuales a valores actualizados; además de las fotos que lo mostraban con mujeres jóvenes y aspirantes a modelo, una de las cuales incluso estaba contratada en su fiscalía.
Por otro lado, sus estrechos vínculos con la SIDE y la embajada de Estados Unidos, a la que le anticipaba sus decisiones en la investigación, también opacaron la pretensión de convertirlo en martir.
Así, si la primera marcha en homenaje al fiscal había sido un éxito, la segunda fue un fracaso indisimulable. Miles de argentinos dejaron de "ser Nisman", si bien logicamente mantienen su mirada crítica hacia el kirchnerismo.
En la Plaza Lavalle, frente al Palacio de tribunales, se montó un pequeño escenario e invitó a subirse a las pocas personalidades que fueron, entre ellas Patricia Bullrich, Santiago Kovadloff y el rabino Sergio Bergman. Debajo, un pequeñísimo grupo de personas -entre asistentes, curiosos y periodistas- observaba con atención.
"Es más importante la investigación sobre la muerte del fiscal que objetar su ética o moral", dijo Castro al tomar la palabra, en un claro rechazo a las fotos que se están divulgando sobre su activa vida nocturna. Además, sostuvo que la muerte de Nisman "representa un magnicidio institucional".
Ante el grupo denominado "Memoria Nisman", que contó con la presencia de las diputadas Patricia Bullrich y Laura Alonso, Kovadloff abogó por decirle "no" a "las urgencias políticas o electoralistas" y a que el caso sobre la muerte del fiscal a cargo de la UFI AMIA se vuelva un insumo de las campañas electorales".
Pero lo cierto es que Bullrich y Alonso bajaron el perfil de su estado de homenaje permanente hacia Nisman, lo que no significa que hayan adoptado un tono crítico hacia el fiscal de la causa AMIA. Simplemente, dejaron el tema en un segundo plano.
Dentro de la dirigencia opositora, también Mauricio Macri, Ernesto Sanz, Sergio Massa y Julio Cobos, entre otros, dejaron de lado la apología de Nisman, porque empezaba a dejar de ser redituable políticamente.
Incluso Clarín tuvo que publicar notas que mostraban cierto tono crítico hacia Nisman, aunque en un caso reciente optaron por la auto-censura, al bajarla de la web.