Así como en 1999 el radicalismo se alió con sectores progresistas para ser la oposición "por izquierda" al menemismo, ahora la UCR se junta con el PRO para correr por derecha al gobierno. Fernández, Scioli y sectores de la propia UCR agitaron el fantasma de la Alianza.
Andrés Brown Redacción En Orsai // Lunes 16 de marzo de 2015 | 12:27
El reciente acuerdo entre el partido de Mauricio Macri, la UCR y la Coalición Cívica de Elisa Carrió conecta en varios aspectos con la Alianza UCR-Frepaso de 1999.
Con una retórica progresista, que sin embargo no proponía cambios de fondo, esa alianza le ganó al peronismo conservador de Carlos Menem y llevó a la Casa Rosada al radical De la Rúa, entonces jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. El mismo cargo que hoy tiene Macri.
De la Rúa renunció sin embargo a la presidencia argentina en diciembre de 2001, dos años antes de terminar su mandato y en medio de una de las más profundas crisis políticas, sociales y económicas de las últimas décadas de la historia nacional.
Ahora, bajo un discurso algo abstracto sobre la república, la alianza opositora al kirchnerismo tiene un perfil de centro-derecha.
El propio presidente de la UCR, Ernesto Sanz, reconoció hoy que la nueva coalición debe alejar el fantasma de la Alianza de 1999.
"Cualquier construcción de la oposición para alejarse de ese fantasma tiene que tener muy en claro un programa para gobernar la Argentina. Me hago cargo de los desafíos y de los riesgos", sostuvo el senador y precandidato radical.
Por su parte, el jefe de gabinete Aníbal Fernández sostuvo que la coalición con la que el PRO, la UCR y la Coalición Cívica es una “entente con lo más rancio de la derecha argentina que representa los derechos más impopulares de la gente de a pie”.
En este marco, Fernández comparó a esta construcción con la de la Alianza UCR-Frepaso al afirmar que “la historia vuelve a repetirse con una nueva alianza con objetivo electoral que ya no tiene contenido político”.
En este sentido, señaló que el titular del Comité Nacional del radicalismo, Ernesto Sanz, principal impulsor dentro del partido de la alianza con el PRO de cara a los próximos comicios, “representa la más rancia derecha conservadora”, mientras que a Elisa Carrió la definió como una “Juana de Arco moderna”.
Ambos, sostuvo, encontraron “un fronting que, otra vez, es un jefe de la ciudad de formación conservadora, obnubilado por el neoliberalismo que tampoco tiene luces”, en referencia a Mauricio Macri, a quien, de este modo, comparó con Fernando De la Rúa.
“La historia vuelve a repetirse con una nueva alianza con objetivo electoral, que ya no tiene contenido político”, aseveró Aníbal Fernández.
En el mismo sentido se manifestó el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, uno de los precandidatos presidenciales con mayor intención de voto del Frente para la Victoria (FpV, peronista) kirchnerista.
Según Scioli: "Macri encabeza esta nueva Alianza que, como en ese momento, empezó con los mismos pasos. Ya hemos visto cuando se arman alianzas electorales 'en contra de', las consecuencias que tiene. No volvamos a pisar la misma piedra dos veces", advirtió.
Dentro de la UCR, varios sectores también se quejaron de la alianza motorizada por Sanz. El senador Nito Artaza aseguró que hay una "ruptura de facto" porque muchos dirigentes no están dispuestos a votar por Macri.
"Todo esto obliga a que algunos busquemos un camino más progresista, como puede ser Margarita Stolbizer", indicó. Artaza adelantó que presentará su renuncia al cargo de Secretario de Cultura. "No puedo estar en la mesa porque han tomado una decisión muy grave y equivocada", analizó.