Casi 50 familias de trabajadores de la finca El Talar del Ingenio Ledesma, en Jujuy, resisten su despido desde hace dos mes en el predio del empresario “procesista” Carlos Blaquier.
Andrés Brown - Redacción En Orsai // Jueves 22 de mayo de 2014 | 12:43
Hace doce años venimos denunciando el abuso de esta figura contractual de la tercerización
Ante la indiferencia de los grandes medios, los trabajadores protestan en el portón del predio en reclamo por su precaria situación laboral.
El ingenio es propiedad de Carlos Pedro Blaquier, quien a su vez será el primer integrante de la elite empresarial en comparecer a juicio oral y público, tras ser procesado en 2013 por su participación en 29 secuestros y otros delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar en la provincia de Jujuy.
El origen del conflicto fue la decisión de la empresa de empezar a cortar las fichas de los trabajadores temporarios y eventuales, es decir, no los pasan a la planta permanente ni les asignan trabajo.
“Hace doce años venimos denunciando el abuso de esta figura contractual de la tercerización”, apuntó Rafael Vargas, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados del Ingenio Ledesma (Soeail).
Un delegado de El Talar y un trabajador afectado comentó ante En Orsai la situación de los últimos días. Ante la falta de respuesta tanto de la empresa como del gobierno provincial, consiguieron una audiencia con funcionarios del gobierno nacional el viernes pasado.
Los pasajes de avión fueron solidaridad de la agrupación de Milagro Sala, quien se solidarizó con las familias en acampe.
Los trabajadores constataron ante funcionarios del Ministerio de Trabajo la legitimidad del reclamo. Efectivamente, la ley 20.744 indica que la empresa es solidariamente responsable de la tercerización, y no puede por lo tanto desentenderse de la situación.
Si bien es concreto que las máquinas nuevas cumplen hasta cinco funciones del proceso de trabajo, también es cierto el incumplimiento pleno de lo acordado en un convenio del año pasado de incorporación de 180 trabajadores, de los cuales una parte apenas si son contratados por lapsos irrisorios de un mes.
En 2000 Ledesma avanzó fuertemente con la tercerización de los trabajadores, comenzando por la conocida firma Manpower, luego con Ruralpower y desde 2009 con Adecco.
La próxima semana empieza la zafra, y planean impedirla como medida desesperada ante la vulnerabilidad de sus familias que suman dos meses sin ingresos. Al interrumpir el proceso, la caña se echaría a perder rápidamente.
El reclamo de los trabajadores es simple: mantener una fuente de trabajo digna, en respeto a los derechos laborales y humanos básicos.
“Todos tenemos derechos y obligaciones, y no puede ser que Ledesma tenga solo derechos, porque sus obligaciones son nuestros derechos”, afirmó uno de los trabajadores.