SISMO HELENICO

Vuelve Tsipras a dejar en las manos del pueblo griego su futuro político

La cuna de la democracia volverá a votar el 20 de septiembre tras la sorpresiva renuncia del líder progresista que cuenta con el 60% de la aprobación popular. Syriza podría fragmentarse.

Vuelve Tsipras a dejar en las manos del pueblo griego su futuro político

Guillermo Belcore // Jueves 20 de agosto de 2015 | 21:52

Mi mandato del 25 de enero ha vencido. Ahora el pueblo debe pronunciarse. Ustedes con su voto decidirán si negociamos bien o no

Un animado debate recorre los círculos progresistas de todo el mundo. ¿Es Alexis Tsipras un traidor a sus ideales o un líder responsable que, tragando sapos colosales, ha evitando males mayores a su pueblo? ¿Debió Grecia plantar cara a Alemania, declarar el default unilateral, salir de la eurozona y volver a tener moneda propia o semejante audacia hubiera causas daños devastadores a un país con el 25% de su fuerza laboral desempleada (50% en el caso de los jóvenes)?

De acuerdo a cómo respondas estas preguntas, entenderás las implicancias de la sorpresiva (para nosotros que estamos lejos) dimisión que el ex profesor ateniense acaba de anunciar, acompañada por una convocatoria anticipada a las urnas. La cuna de la democracia elegirá gobierno probablemente el 20 de septiembre próximo.

EL CONTEXTO

Como recordarás, el ingeniero Tsipras, antiguo militante del Partido Comunista de 41 años, fue elegido en enero pasado como jefe de gobierno. Era la primera vez que una coalición de izquierda radical (Syriza) llegaba al poder en la Unión Europea. Desde entonces, batalló sin denuedo con los acreedores para aliviar el ajuste y conseguir nuevos préstamos que le permitieran evitar el default. Convocó a un referendo sobre el plan de austeridad que la troika (Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) quería imponer a Grecia a cambio de fondos frescos. Lo ganó, pero sacrificó a su militante ministro de Economía (el pelado Yanis Varufakis) y terminó aceptando condiciones incluso más duras que los originales, que los alemanes le impusieron como escarmiento. Era eso o volver al dracma y corralito por largo tiempo. Aún estamos debatiendo si hizo lo correcto para conseguir un tercer rescate financiero que implica más de 80 mil millones de euros. Lo que no pudo conseguir hasta ahora es algo que hasta el FMI considera imprescindible para la sustentabilidad a largo plazo: una quita de la astronómica deuda externa de Grecia con una moratoria en los pagos de hasta cinco años.

Hace unas horas, Tsipras presentó pues formalmente su dimisión y Grecia se encamina a la quinta votación en menos de un año. Y el primer ministro culpó por ello al ala más intransigente de Syriza. Culpó a sus antiguos compañeros de partido de haber "roto el Gobierno". Cómo no iba entonces a llamar a elecciones anticipadas si no cuenta con el quorum necesario para hacer aprobar las reformas que Europa le exige.

No obstante, por cadena nacional, se ufanó de ha resistido la presión europea para recortar las jubilaciones. "Mi mandato del 25 de enero ha vencido. Ahora el pueblo debe pronunciarse. Ustedes con su voto decidirán si negociamos bien o no", dijo. Un mérito hay que renocerle al líder político más joven en la historia de una Hélade corrompida por el dominio sempiterno de tres grandes familias políticas, hoy caídas en desgracia (Papandroeu, Mitsotakis y Karamanlis). Tsipras somete su liderazgo a la decisión soberana de la gente. "Queremos un mandato fuerte para tener un gobierno estable", dijo este hijo de la clase media que, según las encuestas, tiene un 60% de apoyo de la opinión pública.

La decisión del europeísta Tsipras conduce, por otra parte, inexorablemente a una fractura en Syriza, cuya ala más radical podría anunciar en las próximas horas la formación de un nuevo partido con los díscolos más notables a la cabeza: el ex ministro de Energía Panagiotis Lafazanis; la presidenta del Parlamento Zoí Konstantopulu; y, quién sabe, tal vez Yanis Varufakis.

BLITZKRIEG

Un datito de color. La primera privatización en Grecia desde que Syriza se hizo con el poder en enero favoreció a los verdugos. Fraport, la compañía alemana de transporte que opera en el aeropuerto de Fráncfort, se ha hecho por 1.200 millones de euros con nada menos que 14 terminales regionales en territorio heleno, muchas de ellas enclavadas en emplazamientos turísticos que hoy viven un repentino auge por los conflictos en los países árabes del Magreb y Oriente Medio. Los accionistas mayoritarios de Fraport son dos administraciones públicas, el land (provincia) de Hesse y la propia ciudad de Fráncfort.

Fraport es competidora del empresario argentino Eduardo Eurnekian. Tiene el control efectivo de las operaciones en un montón de aeropuertos internacionales, caso del de Anatolia (Turquía), Pulkovo (San Petersburgo, Rusia) o Lima (Perú), así como varias terminales en Estados Unidos. Amén de operar en el Aeropuerto de Fráncfort, que es el tercero de Europa en número de viajeros solo por detrás de Heathrow (Londres) y Charles De Gaulle (París).

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