
Tanto en el Palacio Presidencial como en el Ministerio de Cultura, el macrismo le prohibió más de 500 empleados el ingreso y así les anunció que se quedaban sin trabajo. Persecución política y venganza son los ejes principales del gobierno.
Viernes 29 de enero de 2016 | 10:06
La ola de despidos que decidió el macrismo se extendió a Casa Rosada y el Ministerio de Cultura. Los trabajadores echados se cuentan de a miles y los gremios denuncian persecución política.
El titular de Cultura, Pablo Avelluto, un personaje que manifestó que su golpe militar favorito era el de 1955, decidió el despido de cerca de 500 empleados a los que se le comunicó la decisión con la Policía Federal en la puerta del Ministerio.
En el ingreso se les pedía el DNI y si su nombre estaba en la lista, no se los dejaba llegar a su oficina. Lo mismo sucedió en Casa Rosada con unos 50 empleados que no pudieron llegar a su puesto de trabajo.
Los despidos tienen un trasfondo político: se persigue a aquellos que han manifestado en redes sociales su simpatía con el kirchnerismo. Se trata de una versión morigerada de lo que sucede con Milagro Sala en Jujuy.
El macrismo ha decidido profundizar la persecución y cuenta con la protección de sus socios mediáticos que instalan que todos los trabajadores despedidos eran ñoquis incluso si fueron despedidos en su lugar de trabajo.
Entre los despdidos, están los empleados con los que Macri se sacó fotos antes de fin de año, entre ellos el Jefe de Mantenimiento quien tenía 43 años de antiguedad en su trabajo.
Por su parte, el Procesado Federico Sturzenegger, agrandó la lista de despidos con 47 trabajadores menos en el Banco Central de la Nación
Mauricio Macri optó por la política del terror, sólo resta ver hasta donde está dispuesto a llegar.
El Foro Permanente para la Promoción y la Defensa de los Derechos de las Personas con Discapacidad llevó adelante este martes 13 de mayo una movilización multitudinaria frente al Ministerio de Salud de la Nación, ubicado en Av. 9 de julio de 1925 – CABA. En ese marco,…
El gobierno argentino remata IMPSA, una empresa de alta tecnología única en el mundo, por solo 27 millones de dólares a Arc Energy, firma estadounidense con lazos con el expresidente Donald Trump. La venta de este activo estratégico, capaz de producir reactores nucleares y turbinas de gran porte, amenaza la soberanía energética del país y pone en riesgo el futuro de más de 100 pymes nacionales. Críticos denuncian una decisión cortoplacista que podría tener graves consecuencias para el desarrollo industrial y tecnológico de Argentina.
“Fueron robados a los bonaerenses. No a este gobierno, sino a los bonaerenses, se los ha dejado, se los ha privado, como hemos presentado, repito, varias veces, de recursos por casi 8 billones de pesos durante este año”, denunció en conferencia de prensa el ministro de Gobierno, Carlos Bianco.
Desde su rol junto a Santiago Caputo, Macarena Alifraco ha tejido un entramado de poder basado en la desinformación, las alianzas opacas y el control comunicacional. En medio de una crisis social y económica, su figura expone las grietas de un gobierno que prioriza relatos sobre políticas públicas.
El economista y analista financiero Christian Buteler cuestionó duramente la propuesta de blanqueo permanente de dólares anunciada por el ministro de Economía de Javier Milei. Alertó que esta medida carece de lógica económica y fomenta el lavado de dinero.