Esperaba el saludo de mi jefe

La Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires adelantó a  su tradicional celebración por el 4 de julio, habitual convocatoria para buena parte de la fauna política, empresaria y hasta sindical argentina.

Entre copas de champagne y saladitos, ahí anduvieron mezclados el ex presidente Fernando de la Rúa, el ruralista Eduardo Buzzi, el ministro de Seguridad macrista Guillermo Montenegro, Mirtha Legrand, el sciolista Jorge Telerman, el intendente massista Gustavo Posse, el banquero Jorge Brito y hasta el periodista Alfredo Leuco.

Pero la sorpresa la dio el juez de la cuasa Ciccone, Ariel Lijo, quien procesó recientemente a todos los imputados, incluido el vicepresidente Amado Boudou.

Locuaz y extrovertido, Lijo coincidió en el festejo de la embajada estadounidense con el CEO de Clarín, Héctor Magnetto, y con el director de Relaciones Externas del Grupo, Jorge Rendo.

Cuando Rendo se acercó a saludar a al juez, mientras Magnetto miraba a pocos pasos, Lijo lo recibió jocoso: "Esperaba el saludo de mi jefe", en referencia al Ceo de Clarín. La escena fue reconstruida por el periodista y director de contenidos de los medios del Grupo Crónica, Rodrigo Conti, quien cubrió el festejo.

La frase de Lijo fue una especie de ironía bastante densa y reveladora. Porque en efecto su decisión de procesar a Boudou fue celebrada por los medios opositores, en especial por el Grupo Clarín, que convirtió al juez en una suerte de defensor de la república.

Suelto y alegre en la embajada, Lijo además saludó a Alfredo Leuco. Incluso le hizo otra broma: "Decí que está tu hijo. Te felicito. Si fuera por vos estamos perdidos".