En una contundente, Rafael Klejzer, dirigente del Movimiento Popular La Dignidad (MPLD), denunció la manipulación de las cifras de pobreza por parte del gobierno de Javier Milei y expuso la brutal concentración económica que afecta a los sectores populares. Mientras los números oficiales son maquillados, empresas como Arcor acumulan ganancias históricas, dejando a millones de argentinos en la pobreza. Klejzer advirtió sobre las graves consecuencias de la falta de políticas inclusivas y la creciente desconexión entre la clase política y la sociedad.
Redacción EnOrsai // Martes 01 de octubre de 2024 | 06:03
Las cifras oficiales sobre la pobreza en Argentina han dejado de ser un mero dato estadístico para convertirse en un terreno de manipulación política. Así lo afirmó Rafael Klejzer, dirigente del Movimiento Popular La Dignidad (MPLD), durante una entrevista con Andrea Recúpero en AM530, donde puso en jaque el discurso oficial del gobierno de Javier Milei. "Los números que dicen de la pobreza son mentirosos, son muchos más", afirmó Klejzer con dureza, dejando al descubierto la estrategia del gobierno para maquillar una realidad que golpea cada vez con más fuerza a los sectores populares.
La pobreza en Argentina ya no puede ocultarse. Ha llegado incluso a las portadas de los medios tradicionales como *Clarín* y *La Nación*, pero la narrativa oficial continúa distorsionando los hechos. Según Klejzer, las cifras del gobierno ignoran factores clave como los altos costos de alquiler, que afectan directamente a millones de argentinos y los empujan aún más hacia la pobreza extrema. "La medición de la pobreza no tiene en cuenta el alquiler", resaltó el dirigente, señalando una de las tantas grietas en los informes oficiales que buscan minimizar el impacto real de la crisis.
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Mientras la pobreza crece, la concentración económica se vuelve cada vez más voraz. Las grandes corporaciones, lejos de sufrir los efectos de la crisis, han aprovechado la situación para aumentar sus beneficios. Un claro ejemplo de ello es la empresa Arcor, que en el primer semestre del año incrementó sus utilidades en un 50%, según denunció Klejzer. "Ganan más vendiendo menos", explicó, desnudando la lógica perversa de un sistema que permite que las grandes empresas acumulen riqueza mientras la mayoría de la población sufre el embate de la inflación y el desempleo. En este contexto, la megadevaluación de diciembre no hizo más que aumentar la "acumulación de guita nunca vista", creando una brecha insostenible entre los sectores más ricos y los más pobres.
Klejzer no solo se limita a describir el panorama económico. Sus declaraciones también apuntan directamente a la falta de respuestas desde la política, especialmente del peronismo, que históricamente ha sido el partido de las clases populares. "El peronismo no está conduciendo la calle", sentenció el dirigente, reflejando el desencanto de muchos sectores que ven cómo el gobierno de Javier Milei avanza sin encontrar una resistencia real en las calles. Para Klejzer, esta desconexión entre la política y la realidad popular es alarmante. "Si la respuesta de la política es esta, la gente no le va a dar pelota al Congreso", advirtió, subrayando la creciente falta de legitimidad de las instituciones políticas frente a una sociedad cada vez más empobrecida y desencantada.
La crítica de Klejzer también alcanza a la clase media, a la que acusa de estar "en la suya", desconectada de los problemas de los sectores populares. Esta segmentación social, donde la clase media parece estar en un limbo de indiferencia, y los sectores más empobrecidos se hunden en una precariedad sin salida, crea un escenario donde la respuesta social parece fragmentada y desorganizada. La falta de movilización en las calles, que debería ser liderada por el peronismo, se convierte en uno de los mayores problemas para enfrentar al gobierno de Javier Milei y sus políticas neoliberales. "Me duele muchísimo que si nosotros convocamos a una marcha no viene nadie", confesó Klejzer, reconociendo la estigmatización que sufren las organizaciones sociales. A su vez, contrastó esta realidad con la alta participación en las movilizaciones organizadas por el sector universitario, lo que para él revela una clara desconexión entre las luchas populares.
Uno de los puntos más críticos en el diagnóstico de Klejzer es la comparación con la crisis de 2001. Si bien los niveles de pobreza actuales recuerdan a aquellos años oscuros, el dirigente reconoce que la diferencia es que hoy existe una red mínima de contención, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar, que al menos evitan una explosión social inmediata. Sin embargo, advierte que estos paliativos son insuficientes frente a una crisis que sigue profundizándose. "Nos llegan casos de compañeros que se quedan en la calle y no saben cómo sobrevivir, se quedan sin laburo y no tienen muy aceitado el sistema de contención", denunció, reflejando la desesperación que atraviesan miles de familias en Argentina.
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La deuda externa también ocupa un lugar central en las críticas de Klejzer. Según el dirigente del MPLD, "el problema de Argentina es la deuda", un peso asfixiante que no solo compromete el presente del país, sino también su futuro. El déficit que ha acumulado Argentina, lejos de ser utilizado para mejorar la vida de la gente, se destina casi en su totalidad a pagar los intereses de esa deuda impagable. La política de endeudamiento, impulsada por el gobierno de Javier Milei, ha dejado al país en una situación de extrema vulnerabilidad, sin recursos para enfrentar la pobreza ni para reactivar la economía. Mientras tanto, los grandes grupos económicos se enriquecen a costa del sufrimiento de millones de argentinos.
Klejzer también lanzó una advertencia sobre el rol de la CGT en este escenario. Según el dirigente, los líderes de la CGT "no están confundidos, saben que tienen que arreglar". Esta afirmación sugiere que, a diferencia de lo que podría esperarse, los dirigentes de la central obrera están más preocupados por mantener sus acuerdos con el gobierno que por defender los intereses de los trabajadores. Este pacto tácito con el oficialismo, para Klejzer, es una de las razones por las cuales no se ven grandes movilizaciones sindicales contra el ajuste, a pesar del brutal impacto que está teniendo en la vida de los trabajadores.
En conclusión, las palabras de Rafael Klejzer no dejan margen para la duda. El gobierno de Javier Milei está llevando adelante una política de concentración económica feroz, que empuja a millones de argentinos a la pobreza mientras las grandes corporaciones aumentan sus ganancias. La deuda, la falta de conducción popular y la desconexión de la clase política son factores que agravan aún más esta crisis. Frente a este escenario, la única respuesta posible es la organización popular y la resistencia en las calles, aunque la tarea no será fácil. La estigmatización y la desmovilización han hecho que las organizaciones sociales enfrenten un desafío titánico, pero según Klejzer, es hora de que el pueblo tome nuevamente las riendas de su destino.
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