Córdoba es cuna modelo del conservadurismo nacional, ahora y siempre. En democracia, le sentó bien la derecha radical de Angeloz, el peronismo neoliberal de Menem, el menemismo tardío de De la Sota, la calma reaccionaria de De la Rúa, el cordobesismo chauvinista de Unión por Córdoba y todos los domingos a misa. En ese marco se explica que, con la crisis generada por Macri, logre estos números. A veces, es difícil cambiar las marcas de nacimiento.

Alberto no sumó votos entre las PASO y las generales. Ergo: la campaña sin campaña no funciona, el ataque sistemático a Macri en los debates no gustó. Hay que mostrar las cartas. Quizás, un anticipo de futuros ministros (Filmus, Ginés, la refundación nestorista) hubiera ayudado a darle aire. No entra legitimado y con la espalda que se esperaba. El 54% sigue siendo de Ella.

Ella, que volvió. No es fácil volver. En los últimos 40 años, en América latina, 29 ex presidentes intentaron volver. La mitad lo hizo, el resto no: ahí están Fujimori, Menem, Sanguinetti perdiendo elecciones. Ella vuelve, como lograron volver Julio A. Roca, Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón. Tallen su nombre en mármol.

Tampoco tanto Mauricio. Lo que parecía debacle, al final no lo fue y Macri aún respira. Igual, como cuenta Andrés Malamud, la reelección no es tan difícil: de 24 presidentes que buscaron seguir en América Latina, 21 lo lograron. En Argentina, los dos que buscaron la re, la tuvieron simple: Menem y Cristina. En Córdoba, 3 gobernadores metieron 2 reelecciones como si nada. Uno solo la chocó: Mestre padre. Ergo: no hay que hacer las cosas bien, hay que evitar hacerlas tan mal Macri.

La Triple F no funcionó. Alberto Fernández sacó 30 puntos en Córdoba (techo que el kirchnerismo parece que nunca superará). El otro Fernández, Eduardo, 8 puntos menos. Notable corte de boleta. Hay algo que al kirchnerista cordobés no le gusta: el kirchnerismo cordobés.

¿Se rearmará? El sistema de partidos implosionó en 2001. Nunca más volverá a ser lo que era. La cosa no pasa por radicales y peronistas. Lo vio con claridad Nestor K cuando, por recomendación de Laclau, armó la transversalidad, Cobos mediante. El domingo, dos frentes electores, uno por centroizquierda, otro por centroderecha, sumaron casi el 90% de los votos. Se cristaliza el viejo sueño aKadémico.

El peronismo unido, como única verdad, no sirve. En 1995, Carlos Saúl ganó caminando, enfrentándose a una fórmula peronista como Bordón-Álvarez, que arañó el 30%. No se trata de los herederos del General, se trata del modelo de país. Aquel menemismo en sangre, negado por muchos pero votado en todos los shoppings, es hoy el macrismo en plasma: purificado, se sacaron de encima los negros y los actos son relindos y ordenados.

Radicales, se dobló y se quebró. Quien más sufre el 40% de Macri es la propia UCR. Un mal número del presidente le daba aire al partido y a sus líderes sin liderazgo: Lousteau, Cornejo y Morales. Se quedarán con las ganas. Sigue mandando Macri. Cuando inició el año, la UCR gobernaba 10 capitales de provincia. Al cierre del año, le quedan 3. El domingo, perdió Río Gallegos. Córdoba y Santa Fe son recuerdo. Ni De la Rúa les hizo tanto daño.

Perdedores:

*Lavagna vuelve a la mecedora y quizás, con suerte, sea hombre de consulta: sus más cercanos (el hijo) se recostarán sobre Alberto. Urtubey, derrotado en Salta, queda a la deriva y sin sostén. Esperará que el espíritu de Güemes le devuelva la esperanza que nunca tuvo. O que su pareja le consiga un papel en alguna tira de Suar.

*Del Caño, estrella hace 4 años por haberle ganado la PASO a Altamira, llegó a su techo y no pudo sumar nada por afuera. A partir de ahora es el turno de Myriam Bregman, que si bien no entra al Congreso, demostró que tienen habilidad para romper el cerco del trostkismo. Y además es mujer.

*Gómez Centurión tuvo un acto de fe: se reconoció de derecha. Le faltó el ultra. Pobrecita la democracia: cobija a quienes atentan contra ella. Evangélicos, carapintadas y malas gentes también necesitan votar.

*Espert, cultor del terrorismo de mercado, es el Caruso Lombardi de los candidatos. Contrató a Dick Morris -mentor de Bill Clinton-, dijo que peleaba el tercer lugar y terminó siendo un invento que pondría colorado al pobre Adam Smith. Los payasos también pueden ser candidatos".

Por Juan Cruz Taborda Varela Director periodístico de Revista Matices