NUEVA ESPERANZA

El efecto Alberto en América Latina

Muy lejos del "Fin de ciclo Popular" pronosticado por la derecha. El contundente triunfo del Frente de Todos fortalece las chances electorales del presidente boliviano Evo Morales y del frenteamplista uruguayo Daniel Martínez.

El efecto Alberto en América Latina

Martes 27 de agosto de 2019 | 22:16

(Por Emiliano Guido)  Los ecos políticos regionales del categórico triunfo de Alberto Fernández se dispersaron por toda América Latina pero tuvieron su repercusión más notoria en Uruguay por proximidad geográfica y sincronía de ambos calendarios electorales. Es más, el ex presidente José Mujica realizó declaraciones políticas muy valiosas de Alberto Fernández en un reportaje cedido el último fin de semana a la revista oriental Caras y Caretas.

En dicha entrevista Mujica parece querer iniciar un deshielo político entre su Frente Amplio y el peronismo, que quedaron algo distanciados tras el conflicto bilateral por la instalación de la papelera Botnia. «Alberto no es ningún pelele. Es un tipo con autoridad y carácter», estimó Mujica. Cuando le pidieron una opinión sobre la campaña «a la uruguaya» realizada por Axel Kiciloff en provincia de Buenos Aires, Mujica elogió al exministro de Economía y sobre su contrincante advirtió que «podrá ser muy simpática la gobernadora pero la gente no vive de sonrisas».

El Frente Amplio tiene por delante la elección más reñida desde que son gobierno. Los últimos sondeos colocan al exintendente montevideano Daniel Martínez adelante en las encuestas. Sin embargo, la adhesión ciudadana de Luis Lacalle Pou, por el Partido Blanco, y Ernesto Talvi, del Partido Colorado, sumadas aventaja en número a Martínez. Esa aritmética no se dio en los últimos comicios. Los dos partidos tradicionales suelen suscribir un acuerdo táctico contra el Frente Amplio en la segunda vuelta por lo tanto, Martínez debería crecer en las mediciones. En tanto, ni el Partido Blanco ni el Partido Colorado podrán seguir, como lo venían haciendo, reclamando más apertura económica en la campaña electoral. El desplome del macrismo es un ejemplo cercano que les juega en contra.

Bocanada de aire fresco.

«El triunfo del Frente de Todos va a significar una bocanada de aire fresco a favor de las dos coaliciones oficialistas en los procesos electorales de Bolivia y Uruguay porque sus líderes van a poder recordar a sus electorados que los programas económicos del Fondo Monetario conducen a un desastre social. En lo particular todo indica que Evo Morales va a triunfar en primera vuelta. Una muestra realizada por Celag hace poco en ese país da por cierta esa posibilidad. En cambio el panorama del Frente Amplio en Uruguay es difícil porque el candidato opositor Lacalle Pou es muy posible que tome el apoyo de un Partido Colorado en ascenso en un escenario de ballotage casi confirmado», dijo a Nuestras Voces Alfredo Serrano Mancilla, director de la plataforma continental de investigación Celag.

Bolivia también elegirá a su próximo presidente en la segunda quincena de octubre. Al igual que sucedió en Uruguay el abultado triunfo de la dupla Fernández repercutió en el país del altiplano. El jefe de Estado Evo Morales no utilizó ninguna clase de eufemismos al momento de corresponsabilizar al organismo dirigido hasta hace poco por Christine Lagarde en la debacle electoral macrista: «Lo que sucedió en Argentina es una rebelión contra el FMI». A diferencia de Uruguay el oficialismo boliviano tiene más posibilidades de conseguir en las urnas un nuevo mandato de gestión.

La incidencia del retorno peronista a la Casa Rosada es más elocuente en el escenario boliviano porque el rival de Morales, el ex presidente Carlos Mesa, hace de la ambigüedad discursiva y el marketing político una estrategia de construcción política similar a la del macrismo. Por ese motivo el oficialista MAS boliviano insiste en dar una discusión económica en la campaña en pos de correr el velo ideológico de Mesa.

Choque de modelos.

Morales en los últimos días ahondó en la defensa de su modelo estatal y alertó a la ciudadanía sobre la posibilidad de volver a colocar a su país bajo las órdenes de los organismos internacionales de crédito. Incómodo en ese debate, el catedrático Mesa se vio obligado a dar definiciones más concretas de su programa. «Hace unos meses, el candidato boliviano admirador secreto de Mauricio Macri, declaró enfático: Se ha desatado una guerra sucia en mi contra. Lo repito con todas sus letras, yo no creo en el neoliberalismo, no pienso privatizar ninguna empresa. El partido de gobierno miente, miente y no se cansa de mentir, dijo Mesa en un repentino ataque, mezcla de credibilidad y nacionalismo», comenta el colega Anselmo Esprella la encerrona en la quedó colocado Carlos Mesa.

Por último Serrano Mancilla hace una valoración del triunfo de Alberto Fernández en dos líneas de tiempo. Hacia atrás, el director de Celag considera que la victoria del Frente de Todos desmitifica la perspectiva de que el macrismo junto a sus aliados regionales, como el gobierno chileno de Sebastián Piñera, o su colega brasileño Jair Bolsonaro, venían a instrumentar un fin de ciclo progresista regional. «La victoria tan rotunda de la fórmula Fernández deja varios aprendizajes. El primero y principal es que no debemos infravalorar la huella positiva que han dejado los procesos progresistas latinoamericanos en la memoria popular. En segundo lugar: América Latina está en disputa. Conclusión, no había ni hay ningún fin de ciclo popular en la región sino una disputa entre el bloque de gobiernos conservadores y el eje progresista zonal. El bloque progresista no está muerto, sino todo lo contrario, está vivito y coleando con un respaldo electoral de envergadura», considerò Serrano Mancilla.

Nuevos bloques.

«La victoria de Fernández genera un reequilibrio geopolítico en la región. Es decir la vuelta de Argentina a la senda progresista, junto a la reciente victoria de López Obrador en México, y las posibles victoria de Evo Morales y Daniel Martínez en octubre, uno en Bolivia, el otro en Uruguay, rediseña el tablero regional. Más allá de Bolsonaro en Brasil y algunos bloques conservadores nacionales vigentes, como la coalición que sostiene a Iván Duque en Colombia, o a Sebastián Piñera en Chile, es evidente que hay una nueva radiografía del poder en el Cono Sur. En ese sentido no hay que minimizar la emergencia de nuevos bloques políticos populares como la Colombia Humana que encabeza Gustavo Petro, el Nuevo Perú liderado por Verónica Mendoza, o el Frente Amplio chileno», valoró Serrano Mancilla. (Extractado de Nuestras Voces).

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