tiempos de crisis

Marcelo Salas, el hombre que da clases gratuitas de matemáticas en una plaza

Mientras cursa el profesorado, ayuda a los que deben rendir y no pueden pagar un docente particular.

Al aire libre. Salas lleva su pizarra a la plaza Sarmiento y despeja las dudas de quienes quieren aprender. Fotos: Héctor Portella.

Al aire libre. Salas lleva su pizarra a la plaza Sarmiento y despeja las dudas de quienes quieren aprender. Fotos: Héctor Portella.


eldiariodelarepublica.com // Martes 12 de marzo de 2019 | 19:18

Marcelo Salas tiene pelo largo, usa gorras y remeras rockeras, y varios tatuajes le recorren ambos brazos. Su aspecto no coincide con el clásico estereotipo de un apasionado de las matemáticas, pero al villamercedino de 35 años poco le importan las apariencias. Todos los días, desde mediados de febrero, carga una pizarra y se instala en la plaza Sarmiento. Allí les despeja las dudas y les enseña a resolver cuentas y ecuaciones a quienes lo necesiten, de manera totalmente gratuita. Es su forma de aportar su granito de arena en tiempos en que la crisis económica alcanza hasta el rendimiento de los chicos en la escuela.

"Muchos conocidos me decían que algunos profes cobran precios imposibles de pagar por preparar materias, más en esta época en la que está muy duro todo", contó. "Primero había pensado en dar clases a la gorra, pero si alguien no tiene para colaborar se puede sentir cohibido, entonces decidí hacerlo igual para todos", explicó sobre el motivo que lo llevó a tomar la iniciativa.

Además, Marcelo está por empezar a cursar el tercer año del profesorado de matemáticas en el Instituto de Formación Docente y Continua (IFDC), y enseñar también le aporta una buena experiencia para su futura profesión. “Acá vienen chicos de todas las edades, desde primer grado hasta universitarios, inclusive personas adultas que no han terminado el primario. Vas viendo las realidades, que son todas diferentes. Cuando uno se enfrenta al alumno no sabe con qué se va a encontrar, con qué historia de vida viene esa persona”, reflexionó.

Sin embargo, su vínculo con los números y con la docencia es un amor tardío. Salas es músico de alma, toca la guitarra y canta en una banda de trash-metal llamada 'Torturador', que lleva casi diez años de existencia. Siempre más volcado hacia las humanidades, sus gustos cambiaron cuando nació su hijo Demian en 2007 y empezó a trabajar en diversas fábricas. "Se empezó a poner duro porque me pedían formación técnica. Entonces estudié y me recibí de Técnico Superior en Tecnología Industrial. Ahí me di cuenta que tenía facilidad para las matemáticas. Nos juntábamos a estudiar y yo les explicaba a mis compañeros", recordó.

Desde entonces, experimenta una sensación única: "Noté la satisfacción que sentía al ver que mis compañeros aprobaban con mi ayuda. Eso me pasa hasta el día de hoy. Que un chico pueda resolver algo que creía imposible y que venga y me diga 'gracias', para mí vale más que cualquier dinero, es como tocar el cielo con las manos", expresó.

Por eso, todas las tardes y algunas mañanas lleva sus conocimientos y su amor por la docencia, y espera a sus alumnos ocasionales. Decidió usar la plaza a falta de un espacio propio y, a la vez, como un "lugar neutro", que es visible para todos. "Las matemáticas no son fáciles de digerir para todo el mundo. Por eso tengo mucha paciencia y les digo que no me molesta que me pregunten todas las veces que sea necesario", dijo, y contó que las ecuaciones y las operaciones con fracciones son lo que más le cuesta a la mayoría.

Actualmente, Marcelo no tiene un empleo estable y se las rebusca con trabajos de electricidad. Aún le faltan al menos dos años para finalizar la carrera y recibir el título de profesor, pero la vocación por enseñar ya la lleva adentro.

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