Por Gonzalo Zurano
@zuranog

La convocatoria superó con creces las expectativas de los propios gremios convocantes y cientos de miles de trabajadores se manifestaron en el centro porteño contra las políticas de ajuste llevadas adelante por el macrismo.

Si algo quedó claro es que no se trató del “acto de Moyano”, que los motivos no eran personales y que hay un descontento con el Gobierno mayor de lo que el presidente Mauricio Macri y sus colaboradores están dispuestos a aceptar.

Hoy pasó todo lo que el oficialismo no quería y lo que no le gusta al macrismo. Primero, la cantidad de gente y la foto de la multitud en la calle. Segundo, que esa multitud estuvo compuesta por un arco muy diverso: Camioneros, las dos CTA, la Corriente Federal de los Trabajadores, las organizaciones sociales como la CTEP o la CCC, el kirchnerismo, los partidos de izquierda, etc. Tercero, los discursos de todos los oradores hablaron de unidad y de la conformación de una oposición sin medias tintas.

En su intento por debilitar la marcha, el oficialismo logró que muchos gremios se bajaran e incluso criticaran la movilización, pero también logró que se “depurara” la oposición. Ya no hay dudas sobre quienes enfrentan al Gobierno y quienes pactan, negocian, dialogan o como quiera que le llamen.

Los reclamos fueron paritarias libres, el fin de la persecución judicial a opositores y terminar con el ajuste a las clases más necesitadas como por ejemplo los jubilados.

Hubo frases muy fuertes como la de Hugo Yasky: “Si quieren encontrar delincuentes, les damos una dirección, Balcarse 50. Ahí van a encontrar a los delincuentes”.

Sergio Palazzo, habló del nacimiento de una “resistencia política a este Gobierno”, y se refirió a los dirigentes que no fueron de la partida: “A los que decidieron quedarse en la casa cómodos, les decimos que acá están los trabajadores”.

Por su parte, Hugo Moyano también fue contundente en su mensaje: “Al Presidente le digo que no somos golpistas, como ellos que fueron aliados de golpistas. […] No venimos a amenazar al Gobierno, somos hombres y mujeres que venimos a decirle al Gobierno que no siga con políticas que hambrean hoy y al futuro de nuestros hijos”.

La movilización concluyó con una desconcentración ejemplar, sin incidentes y custodiada todo el tiempo por los mismos trabajadores que la organizaron.

Una nueva configuración del mapa sindical y opositor está teniendo lugar, cada medida del Gobierno ayuda a ese armado y cada vez les cuesta más justificar su postura a aquellos dirigentes aliados al macrismo. Algunos empiezan a ver con preocupación la posibilidad de ya no ser aceptados en ninguno de los dos universos.