JUSTICIA

Sergio Maldonado: “Sospecho que pudieron haber ‘plantado’ el cuerpo”

El hermano de Santiago Maldonado asegura que “no confío en nadie”. Y pidió que peritos internacionales se sumen a la causa, pero el juez Gustavo LLeral lo negó dos veces. Ahora pide peritos de la UBA. “Los buzos dijeron que no hacen pie y en el video se los ve parados”. El juez no investigó los llamados del jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, ni tampoco hizo un cuadro de tiempo y lugar para determinar dónde estaba cada gendarme al momento del ataque.

Sergio Maldonado: “Sospecho que pudieron haber ‘plantado’ el cuerpo”

Por Juan Alonso para Nuestras Voces // Jueves 16 de noviembre de 2017 | 08:10

A casi un mes del hallazgo del cuerpo de Santiago Maldonado en la Pu Lof en Resistencia del departamento de Cushamen, provincia de Chubut, la Justicia Federal de Esquel no volvió al lugar para analizar la escena del hecho, tomar muestras del agua y de la tierra, medir la profundidad del río y su temperatura en comparación con el 1 de agosto, momento en que desapareció Santiago. Además de no comparar en detalle el tipo de barro del lugar con el que tenía la ropa de la víctima, tampoco se explica cómo fue posible que los buzos de Prefectura hayan pasado al menos tres veces por el mismo sitio sin encontrar el cuerpo, teniendo en cuenta que la profundidad del río era menor, la corriente era menor y el agua más cristalina que al momento de hallazgo.

Para mal de males, el juez Gustavo Lleral se negó por segunda vez a aceptar los expertos independientes que reclama la familia Maldonado para volver a analizar la zona donde fue encontrado el cuerpo. En diálogo con Nuestras Voces, Sergio Maldonado lo explicó así: “Yo no puedo creer en los buzos que dicen que no tocaron el suelo en el momento en que encuentran el cuerpo de mi hermano. Y al estudiar los videos del hallazgo, noto que hacen pie perfectamente, pero algunos dijeron que no. Y la zona donde supuestamente aseguraron que corrió Santiago está plagada de rosa mosqueta. Hay un montón de cosas que me indican que él no estuvo ahí. Debería haber tenido la ropa toda rota y eso no sucedió. El cuerpo fue encontrado en línea recta a la casilla de guardia de los mapuches. Si él hubiese ido por ahí corriendo tendría la ropa rajada, su pantalón de nieve y la campera rotos, y no tenía ninguna rotura en la ropa. De todas maneras, todo esto lo deberían precisar los peritos forenses después del 24 de noviembre con las conclusiones de la autopsia. Aunque el DNI también estaba impecable en el bolsillo de su pantalón. En otro bolsillo tenía dinero y monedas. Todo bien conservado, es un poco raro, ¿no? Y las contradicciones de los buzos… Dicen que miden un metro setenta y con las patas de rana no hacen pie, pero les da el agua al pecho y aparecen firmes y quietos en el video del 17 de octubre. Por eso no confío en nadie. Pido los expertos independientes de la UBA, porque no puedo confiar en las fuerzas de seguridad. Con todas estas cosas, sospecho que pudieron haber plantado el cuerpo”.

Lo mismo dijo la abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia. Ella estuvo una semana antes en el mismo lugar y no vio absolutamente nada en el río. El cuerpo de Santiago fue encontrado a unos 70 metros de donde el testigo mapuche Matías Santana señaló que lo vio rodeado de gendarmes, cuando él cruzó a caballo. Pero el juez no parece investigar una desaparición forzada. Ya pasaron más de 100 días de este caso emblemático y la Justicia deja muchísimo que desear.

Nadie allanó la Estancia Leleque de Benetton, ni peritó las llamadas del jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, que estaba a 7 kilómetros de la lof en tierras controladas por el personal jerárquico de Benetton.

Y como si esto fuese poco, el juez Lleral no realizó un cuadro de situación de tiempo y lugar para identificar a los gendarmes en la vera del río desde que Santiago fue fotografiado con vida en la lof por la propia Gendarmería a las 11:32 del 1 de agosto hasta que el subalférez Emmanuel Echazú del destacamento El Bolsón comenzó a redactar el acta de procedimiento a las 13:30 de ese mismo día. ¿Qué pasó en esa brecha horaria? ¿Qué gendarmes llegaron al río? ¿Vieron a Santiago?

En la nota del 29 de octubre repasamos cómo fueron los movimientos de los gendarmes involucrados en la represión ilegal en la lof. No existió delito en flagrancia ni orden judicial para allanar el territorio indígena recuperado en 2015.

En esta otra crónica publicada por Nuestras Voces el 5 de noviembre, mencionamos el plan de mudanza del sargento Juan Carlos Pelozo a Misiones y las contradicciones de los prefectos y buzos. Pelozo es uno de los gendarmes que admitió haber llegado al río junto con Echazú y el grupo compuesto por el primer alférez Daniel Gómez y los escopeteros Darío Rafael Zoilán y Orlando Yucra. El círculo de nombres de gendarmes se extiende a Ernesto Yáñez (¿herido en el parietal dentro o fuera de la lof?), Neri Armando Robledo, Andrés Ahumada, y Maira Ramos, entre otros efectivos, de los 70 que estuvieron en las adyacencias.

Pero veamos algunas curiosidades recientes de la causa:

El comisario de la Policía Federal, Nicolás Pablo Vega Laiun trabaja en la Unidad Criminalística. Declaró que llegó a las 16:10 del 17 de octubre a la lof. Pero no logró tomar muestras del agua del río y tampoco midió la temperatura del agua en la escena del hecho. ¿El motivo? Una vez que extrajeron el cuerpo de Santiago con el perito de parte de la familia Maldonado, Alejandro Incháurregui, y lo colocaron en una camilla fija rumbo a la ambulancia, se produjeron incidentes con la comunidad mapuche. Hubo gritos y piedras. Ya era de noche. ¿Qué hicieron los policías? Salieron corriendo y no midieron la profundidad del río y ni la temperatura del agua. Tampoco volvieron a hacerlo luego.

Laiun dijo que el cuerpo no se veía desde la orilla. Y no habló de 7 metros como los prefectos, sino de 9 con la cinta de preservación de la escena incluida. Su relato difiere de los testigos de la querellas e incluso con la familia Maldonado.

El fotógrafo de la Unidad Criminalística de la Policía Federal, cabo primero Fernando Javier Enrique Marchesoli, no registró la llegada del cuerpo de Santiago a la Morgue de Esquel. Tomó imágenes de todo, menos de eso. ¿Por qué? Por los insultos y la metralla de piedras de los mapuches que parecen atemorizar a las fuerzas federales como la luz mala.

Pero a diferencia de su jefe, Marchesoli declaró que el cuerpo se veía desde la orilla. Dijo que la única vez que tomó contacto con el cuerpo de cerca fue cuando lo fotografió en la camilla de la ambulancia antes de que lo llevaran a la Morgue.

Según la descripción del comisario Laiun, el cuerpo de Santiago tenía la forma de “un objeto oscuro asomando parcialmente de las aguas en medio de unas ramas”. Una forma extraña de describir un cuerpo encontrado después del mediodía, teniendo en cuenta que Laiun llegó a las 16:10 con la luz de la tarde a pleno dentro de la lof.

Sin embargo, un colega de Laiun, el médico legista de la PFA, Gustavo Adolfo Chevarlzk, divisó claramente “una tela celeste”, que “se visualizaba a unos 9 metros del río”. Era el cuerpo de Santiago con la campera que le prestó Santana.

El legista de la Federal narró un momento de orfandad absoluta en la Morgue de Esquel. Además de que tuvieron que esperar “un tiempo prolongado” para que la abran, el lugar era “precario” y encima no estaba su colega, el fotógrafo Marchesoli, producto del ataque con piedras y la pérdida de tiempo en la subcomisaría de Leleque. A falta de expertos, Chevarlzk pidió autorización a Lleral y tomó fotos del cuerpo con su propio teléfono celular. Dijo que lo mismo hicieron el doctor Incháurregui (perito de parte de la familia Maldonado) y el doctor Werther Aguiar, quien llegó con la ambulancia de Esquel y, poco después, curiosamente asintió con la cabeza mirando a los periodistas al salir de la Morgue. Esa misma madrugada una mano presuntamente anónima publicó en las redes anti-sociales fotos del cuerpo de Santiago.

Aguiar extrajo algunos encendedores del bolsillo delantero izquierdo de Santiago, además de “una especie de bastón extensible con restos de óxido”. Del bolsillo derecho de la víctima, “el deponente”, es decir, Chevarlzk, “extrajo varios sobres de preservativos, billetes y monedas argentinas”. Y el DNI a nombre de Santiago Andrés Maldonado. Aclaró que “todo fue puesto dentro de la bolsa roja y a los pies del cadáver”.

Tomó una muestra de agua de la bolsa de óbito y firmaron y lacraron los 9 profesionales que estaban a esa hora en la Morgue de Esquel, dentro del cementerio.

Dijo que alrededor del cuerpo, “la corriente era calma, pero había mucha corriente en el centro del río”. Según él, Santiago tenía la piel de las manos desprendida, “con bastante deterioro”. Pese a ello, la ropa estaba “bastante conservada” y la campera azul-celeste estaba abierta. La ropa tenía “bastante sedimento, tipo barro”.

Este glosario de intenciones fallidas que constan en el expediente judicial y no son ninguna ilusión novelística, se completa con una escueta respuesta del Director General de Aguas de Chubut a la Fiscalía Federal el 8 de noviembre. El doctor Roberto Lech admitió, que ese organismo “carece de información respecto a la temperatura del río Chubut”. Así pues, la respuesta a semejante dilema natural está en manos, ahora, de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación.

Como escribió León Tolstoi en 1877, “todo es mal, injusticia, mentira y engaño”.

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