LA CRUDA REALIDAD

Por Alfredo Zaiat: La Tupac y cómo interpelar la lógica del capital

La clave económica es la distribución del excedente de sus unidades productivas para atender las necesidades de bienes materiales y simbólicos de la comunidad. Además, ahorro, costos bajos y eficiencia.

Por Alfredo Zaiat: La Tupac y cómo interpelar la lógica del capital

Motor Económico // Domingo 07 de mayo de 2017 | 20:00

(Por Alfredo Zaiat) Había recorrido los barrios del Alto Comedero, Tilcara, San Pedro de la Tupac Amaru y cuando llegó al de la Quebrada de Humahuaca, donde observó también esa misma organización desplegada en una comunidad con todos los servicios básicos, los adobes de la propia fábrica, un centro de salud, un centro de terminalidad educativa primaria y secundaria y hasta una panadería, tenía una curiosidad académica. Entonces preguntó:

¿Cuál es la filosofía, la ideología, de tu organización?

Quién estaba intrigado era el sociólogo francés Robert Castel.

La respuesta no fue extensa y salió sin rodeos:

La necesidad –le dijo Milagro Sala.

El prestigioso académico se justificó diciendo que había realizado una pregunta a partir de que él es “un racionalista”, que trata de comprender ciertos fenómenos solamente con el análisis filosófico y sociológico y que así no incorporaba aspectos básicos de la vida cotidiana, concreta, de la gente.

Milagro ilustró a Castel.

Semillas

El jueves estuve recorriendo el Barrio del Alto Comedero y después formé parte de uno pequeño grupo de visitantes que ingresó al pabellón femenino N°3 de la Unidad Penal de Alto Comedero para acompañar por unas pocas horas a Milagro y a sus cuatro compañeras de la Tupac, que están detenidas en forma “arbitraria”, según el Grupo de Trabajo sobre la detención arbitraria de Naciones Unidas, y en forma “ilegal”, de acuerdo al dictamen elevado a la Corte Suprema de Justicia por la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó. Nos recibió con un abrazo fraternal e inmediatamente nos invitó al rancho, cubierto con una media sombra, y una larga mesa donde estaba almorzando fideos y milanesa napolitana que familiares habían traído. Había gaseosas cola y pomelo sin etiqueta de la marca, que es retirada por los guardias sin explicación, un tupper con porciones de biscochuelos y una bolsa inmensa con semillas de girasol que gratificó a todos varias horas.

Con el buzo azul oscuro con el escudo del Club Atlético Gimnasia y Esgrima, el “Lobo” jujeño, ella recordaba cuando iba a la tribuna a alentar al equipo de fútbol del cual es hincha. Le mencioné que el domingo había empatado 0 a 0 con All Boys, de Floresta, mi barrio de nacimiento y por eso mi segundo equipo después de Racing. Se fue creando un clima distendido, con Milagro mezclando anécdotas familiares, de amores pasados y presentes, de broncas políticas y de avasallante energía cuando habla de la Tupac.

Además de lo político, judicial y social, cuestiones que otros colegas de PáginaI12 han escrito mucho y con excelencia, quería entender a la Organización Tupac Amaru como proyecto económico, que obviamente no está escindido del político y social, pero que tiene una especificidad poco explorada periodísticamente y en el ámbito de la investigación académica heterodoxa.

En el Barrio del Alto Comedero las viviendas están distribuidas en manzanas simétricas, ordenadas, en el centro del barrio está el inmenso parque acuático (el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, lo vació con riesgo de quebrarse con la intención de rellenarlo para hacer un pista de patinaje), con la escuela, las fábricas y el Centro Cultural ubicados en una forma que logra una armónica integración urbanística.

–¿Quién lo planificó? –pregunté.

La necesidad –respondió Milagro con una sonrisa, y su esposo, Raúl Noro, agregó:

–Fue Milagro que lo diseñó –lo dijo con admiración y empezó a relatar el diálogo con Castel reproducido al comienzo.

En la primera quincena de agosto de 2012, Castel los visitó durante cuatro días junto a sus colegas italianos Enrico Pugliese, Ota De Leonardis, Diana Mauris y el urbanista Massimo Bricocoli. El sociólogo francés, director en la École des Hautes Études en Sciences Sociales concluyó que “la experiencia de la Tupac es inédita, particular y original. Pensaba que era algo mucho más artesanal, improvisado, de gente viviendo el día a día, pero no es así”.

Las fábricas

El Estado impulsa el desarrollo del sector privado de diferentes formas, lo puede hacer con subsidios fiscales, aportes directos, beneficios financieros o regimenes laborales especiales. Promueve con todos esos incentivos juntos a grupos económicos privilegiados. El objetivo es que inviertan, aumenten la producción y generen empleo. Así se crean y expanden las empresas y, de ese modo, en las historias exitosas de desarrollo de países, se va construyendo una burguesía dinámica. Este fue y sigue siendo el funcionamiento del capitalismo básico.

El Estado hizo su aporte al despliegue de la Tupac Amaru para el plan de construcción de viviendas, con subsidios para el desarrollo de actividades y para los trabajadores con un ingreso adicional a través de diferentes programas oficiales. Fue la forma inicial (el capital originario) que permitió el desarrollo del sujeto económico Tupac. La organización barrial lo hizo dentro de la lógica y el entorno de funcionamiento del capitalismo. Pero con una diferencia sustancial: alteró la dinámica del circuito trabajo-producción-distribución y, fundamentalmente, el destino del excedente generado.

Gran parte de las unidades económicas dominantes, que tuvieron y tienen una imprescindible ayuda estatal, han orientado el excedente hacia las rentas financiera e inmobiliaria, al negocio agrario o de otras materias primas y al consumo suntuario. También han destinado una porción de ese capital incremental a la reinversión en su propio negocio o la expansión hacia otros vinculados o diversificando el portafolio de sus actividades.

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El excedente obtenido de la producción de las fábricas de las Tupac fue reinvertido en su totalidad para satisfacer las necesidades básicas de los miembros de la comunidad. Gran parte de las obras de sus barrios (escuelas, centros culturales, piletas, guarderías, iluminación) y la expansión de sus fábricas fueron financiadas con el excedente producido; no por aportes del Estado. El excedente, obtenido por el ahorro de la autoconstrucción, la eficiencia productiva y el esfuerzo adicional de trabajadores como parte de un colectivo social, tuvo como destino exclusivo mejorar paulatinamente el bienestar general de la comunidad tupaquera.

Las unidades productivas de la Tupac Amaru son (utilizo el tiempo verbal presente pese a que la actividad es casi nula porque esas plantas están listas para comenzar a producir cuando termine la política de persecución del gobernador Morales):

La cooperativa textil confecciona ropa de trabajo, conjuntos deportivos, uniformes escolares, cortinas y otros productos, con venta directa de los artículos en un local en pleno centro de la capital jujeña. El Estado Nacional y el provincial dejaron de comprarle provocando una fuerte caída de la actividad de la planta.

El taller metalúrgico produce todas las aberturas que se usan en las construcciones de la Tupac. También parillas, rejas, juegos de jardín, asadores, percheros, portones, juegos infantiles, cestos de basura, braseros y hornos. Realiza además trabajos a pedidos de empresas.

La fábrica de bloques y caños de hormigón genera los insumos para la construcción de las viviendas, escuelas y centros culturales de la organización. Produce también bachas, piletas de lavar y pilares para la luz. Los caños de hormigón –de hasta 1,20 metros de diámetro y de 1 metro de largo vibrados y comprimidos– se utilizan para canalizaciones de arroyos y acequias, alcantarillados e impermeabilización de canales de los ríos. Esas obras evitan los estragos de inundaciones y desbordes de arroyos y ríos que siempre castigan a las viviendas de sectores populares. La sinestralidad en la construcción es muy baja además de registrar también un índice de ausentismo muy bajo.

En la fábrica de muebles de caño se confeccionan estructuras de hierro, percheros, mesas, mobiliario escolar, sillones, mesas de computadoras, juegos recreativos para niños. Este emprendimiento atiende pedidos del mercado interno de Jujuy, además del autoabastecimiento de la organización.

Cuando la Tupac desarrollaba su actividad económica, antes de la deliberada política de destrucción de Morales, había 3000 trabajadores en la construcción y 4600 en total (hombres y mujeres). El salario era de 3800 a 10.000 pesos según las responsabilidades, básicos que eran complementados por ingresos de planes oficiales (1200 pesos). Hoy, muchos están sin empleo y subsistiendo con changas.

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El excedente

–¿Dónde están los fondos? Aquí están –afirma Raúl Noro, detallando cada una de las obras y de los servicios de la Tupac.

No administramos pobreza –agrega Milagro.

La Tupac se constituyó en un sujeto económico que redefinió las tradicionales relaciones de producción y la forma de circulación del excedente. Al tomar la decisión de dejar de administra pobreza eludió la relación de subordinación del asistencialismo y pasó a cuestionar directamente la lógica del capital. Y eso fue realizado en la práctica; no planteado en manuales teóricos o presentado en una proclama aspiracional. Fue la lenta y persistente construcción de un sujeto económico diferente.

El excedente no se distribuye en valores monetarios sino en bienes materiales y simbólicos entre sus integrantes. En educación, salud, recreación, cultura, deporte, servicio de sepelio, asistencia jurídica y previsional. Todos esos servicios esenciales para la persona son gratuitos. Para ser más preciso, solventado con el excedente generado por las unidades productivas de la comunidad. Cada integrante de la Tupac tiene cubierto todas las necesidades básicas. Es una organización que cuestiona así las bases del individualismo, de la salvación personal en un mercado que excluye a las mayorías. El proyecto económico de la Tupac es una construcción colectiva.

–¿Cómo y quién decide qué hacer con el excedente? –pregunto, en la hora de la ronda del mate.

–En asamblea –indica Milagro, y con orgullo dice que “por eso me acusan de ‘basista’”.

Esta forma de ordenar el destino del dinero es lo que se conoce como presupuesto participativo, que se realiza en cada uno de los barrios de la organización, para una comunidad global de 40 a 50 mil afiliados. El ataque despiadado a la Tupac Amaru del inmenso dispositivo político, judicial y mediático acusa a Milagro Sala de construir un Estado paralelo. Es un argumento falaz para perseguirla y demonizarla. En realidad, Milagro ha construido una economía “paralela” a la dominante, que brinda, además de un ingreso básico a sus miembros, bienes materiales y simbólicos necesarios para el bienestar general.

Es lo que no le perdonan a Milagro. Que desde el sencillo motor de sufrir y atender la necesidad de los siempre postergados logró dejar desnuda la lógica del capital concentrador de la riqueza.

(*) Fuente: Página 12

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