Si tuviéramos que elegir una palabra que pueda describir lo sucedido ayer en la Plaza de Mayo, escenario de resistencias y revoluciones, sería Histórico. Pero lo fue por diversos motivos. El primero es que se trata de una mandataria electa democráticamente despedida por el pueblo.

Por otro lado, luego de años de socavar y deslegitimar la participación política, ayer la movilización y la recuperación de la participación política fue una muestra del signo de los tiempos del kirchnerismo.

Nunca la historia argentina saludó a un Jefe de Estado saliente como lo sucedido ayer en la plaza con centenares de miles de personas sin otro motivo que despedir a Cristina Fernández. Pero además, con índices de aprobación como nunca antes luego de dos periodos como Presidenta.

En el discurso dentro de la Casa Rosada, la Presidenta aseguró que "reconozco a todos los que bancaron. Pero la tarea sigue, porque el lugar de un militante no es un gobierno; está junto al pueblo".

Serán nuevos tiempos para el kirchnerismo y para la política argentina. Pero también, la capacidad de movilización del kirchnerismo luego de 12 años lejos de mermar se nutrió con más organizaciones. Quizás se podrá tratar de una oposición que tendrá como principales armas políticas la chance de congregar cientos de miles de militantes.

En la historia quedará que el cierre del mandato de Cristina Fernández fue por la puerta principal de Casa Rosada y la despedida fue ante una multitud que la abrazó desde la plaza.