El gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, consideró que el país se encuentra al borde de “un crack”, que “la situación económica es lapidaria” y que “los próximos  90 días van a ser clave”.

“Hay caída de ventas, crecimiento de la recesión, inflación, emisión descontrolada, ineptitud para el manejo cotidiano de la gestión. Acá no se gobierna ni a los ponchazos. No son suficiente los gestos, hay que tomar una decisión”, evaluó De la Sota, pero aclaró: “No hago tremendismo”.

El gobernador cordobés brindó un encendido discurso con tintes electoralista durante la inauguración de la muestra agropecuaria de la Sociedad Rural de Río Cuarto, que contó con las presencias de los pre-candidatos presidenciales del FAUNEN, Julio Cobos y Hermes Binner.

De la Sota calificó de “patriotas” a los dirigentes opositores y los convocó a unirse y buscar puntos de encuentro, porque –les dijo- “estamos sin gobierno”.

“¿Saben cuál es la ideología de este gobierno? Yo tengo la respuesta. La ineptitud para resolver los problemas.”, arengó De la Sota al público presente, al que le aseguró que una vez “casi nos vamos a las manos con Néstor Kirchner. Tuvo que entrar el edecán”.

De la Sota contó que se reunió en estos días con dirigentes nacionales del peronismo “que están cercanos al gobierno” y les dijo: “Amigos, ¿no se dan cuenta que ha llegado la hora de decir basta?”.

“Yo nunca me saqué una foto con el kirchnerismo. Una sola vez, en Río Cuarto, pero nunca formé parte del gobierno nacional”, gritó De la Sota ante la concurrencia agraria, levantando aplausos.

El mandatario provincial tuvo duros epítetos contra los ciudadanos cordobeses que a lo largo de toda la provincia resisten la instalación de Monsanto y protestan por diferentes problemáticas ambientales relacionadas con el accionar agropecuario. “Son fundamentalistas ambientales. No puede ser que todo sea una zona roja, que nadie pueda tener una actividad eco-productiva”, se quejó y trató de justificar: “Estaríamos en la edad de piedra, no digo llevando a la mujer de los pelos como Pedro Picapiedra, que igualmente no habrá sido cierto eso, ni en esa época. “Sí, querida”, dirían como nosotros”.