COLABORADOR SINIESTRO

Los oscuros vínculos de Joaquín Morales Solá con la dictadura cívico-militar

El periodista de La Nación, que azuza desde sus columnas la prisión de Cristina Fernández de Kirchner y su relación con el siniestro general Bussi.

Los oscuros vínculos de Joaquín Morales Solá con la dictadura cívico-militar

Domingo 04 de septiembre de 2016 | 21:00

El periodista destacó públicamente los logros del Operativo Independencia, valoró las ideas de Bussi y se las explicó a sus lectores

“En 1976 yo estaba en Buenos Aires y no en Tucumán. Y nunca hablé con Bussi, bajo ninguna circunstancia, cuando estaba en Tucumán”, sostuvo el periodista Joaquín Morales Solá en la revista Veintitrés el 2 de enero de 2003.

La afirmación del columnista de La Nación fue en respuesta a una crítica que le formulara su colega Hernán López Echagüe.

Sin embargo, el DsD comprobó que La Gaceta de Tucumán publicó el 8 de junio de 1976 una fotografía donde se ve claramente al por entonces joven periodista Morales Solá participando de un agasajo que el interventor provincial, el general Antonio Domingo Bussi, ofreció a la prensa en su día. El DsD presenta dicha foto en esta Zona Dura. Una vez más, sale a la superficie la falta de autocrítica de las empresas periodísticas y de algunos de nuestros periodistas (Zona Dura publicada en noviembre de 2003).

El jueves 26 de diciembre del año pasado, el periodista Hernán López Echagüe escribió a la sección Cartas de la revista Veintitrés para criticar una nota firmada por su colega Joaquín Morales Solá, publicada en La Nación el 19 de diciembre, en la cual realizó una defensa de Ernestina Herrera de Noble, la propietaria del diario Clarín por entonces recientemente detenida por un pedido judicial.

Morales Solá sostuvo que “El contexto de 1976 no era el de hoy. Aún las personas que luego formarían la trágica saga de desaparecidos, en aquel año no eran consideradas como tales por ningún argentino que no estuviera en el corazón del poder militar”.

Visiblemente irritado frente a tales declaraciones, López Echagüe escribió: “Resulta asombroso corroborar en estos días el temor que ha infundido en los grandes medios de comunicación el arresto de la señora de Noble. (...) ha sido Joaquín Morales Solá, columnista de La Nación y fiel escriba del diario Clarín en tiempos de la dictadura, quien ha elevado la hipocresía al grado de arte...”.

El texto de López Echagüe da cuenta de un “pantagruélico” asado que en marzo de 1976 compartieron con “el general genocida” Antonio Domingo Bussi, con Leo Gleizer, René Sallas, Marcos Taire y Morales Solá entre otros periodistas.

“Al cabo del ágape, el general obsequió a cada uno de los periodistas presentes un pergamino en el que agradecía ‘su colaboración en la lucha contra la subversión’. Sin ocultar el contento, Morales Solá tomó el suyo y acto continuo buscó el abrazo del general” agregó. El mismo hecho fue narrado anteriormente por López Echagüe en su libro “El enigma del general” (Editorial Sudamericana, diciembre de 1991).

La nota fue publicada en la sección Cartas de la edición del jueves 26 de diciembre de 2002 en la revista Veintitrés. También apareció en el sitio www.argenpress.info. Y en la revista Brecha, del Uruguay. Pero sólo en la revista Veintitrés la polémica tomó forma.

Responde Morales Solá

Joaquín Morales Solá se ocupó de responder a Veintitrés para desmentir en forma terminante el haber estado en un asado con Bussi en Tucumán.

“En 1976 yo estaba en Buenos Aires y no en Tucumán –dice-. Y nunca hablé con Bussi, bajo ninguna circunstancia, cuando estaba en Tucumán”, sostuvo entre otros conceptos, el ex Clarín en una carta de lectores publicada en la edición del 2 de enero.

Apuntó también en su misiva que “Una semana antes de que se publicara en Veintitrés una carta con datos absolutamente falsos sobre mi persona, le envié al autor de esas líneas, el periodista Hernán López Echagüe, un mensaje por e-mail desmintiendo categóricamente, y por segunda vez en diez años, lo que allí se afirma. La carta que se publicó en su revista circuló previamente por Internet y la distribuyeron quienes están interesados en destruir la honra y el prestigio de los periodistas que ejercemos la profesión con claros principios éticos”.

Se suma Marcos Taire

Posteriormente, en el edición del 9 de enero, Veintitrés publicó – siempre en la misma sección – una carta de Marcos Taire, quien admitió haber asistido a la “siniestra” conferencia de prensa seguida de un almuerzo al que, según subrayó, Morales Solá también concurrió en calidad de redactor de La Gaceta de Tucumán y como corresponsal de Clarín en esa provincia.

Taire agregó, entre otros datos, que “Probablemente le falle la memoria también (a Morales Solá) cuando para desmentir a López Echagüe dice que en 1976 estaba en Buenos Aires y no en Tucumán. Cualquiera que consulte La Gaceta del 23 de abril de ese año podrá ver que en la nota de tapa, con su firma, saluda la designación del general Bussi como gobernador porque ‘el general conoce el ámbito local y no ignora las necesidades y las urgencias de la provincia’”.

En diálogo con el DsD, Taire precisó que “a Joaquín Morales Solá nunca lo amenazaron, vino a Buenos Aires simplemente porque le convenía. Yo fui hasta abril de 1976 secretario adjunto del Sindicato de Prensa de Tucumán, donde llevábamos el registro de todos los periodistas que fueron amenazados, y Morales Solá nunca apareció en él”.

López Echagüe insiste

Esa misma edición Veintitrés difundió además una segunda carta de López Echagüe, en la que citó un artículo del diario El País de Madrid, del 24 de marzo de 2001, escrito por Morales Solá donde se lee:

“En la triste y absorta madrugada del 24 de marzo de 1976 me tocó cubrir como periodista el ungimiento del prepotente general Antonio Domingo Bussi como gobernador de Tucumán”. Dice López Echagüe: “Presumo que si cubrió ‘el ungimiento’ de Bussi no tuvo más remedio que verlo, compartir con él un espacio físico en común, y muy probablemente, pues para eso lo habían enviado...”.

Fue esta misiva, hasta hoy, el punto final a la saga que supo tejer la enardecida polémica, ya que Morales Solá nunca replicó estos dos últimos mensajes.

Así obtuvimos la foto

El DsD puso en marcha en marzo del 2003 una investigación periodística basada en el relevamiento de todas las notas publicadas por Morales Solá durante 1976, en la recopilación de nuevos testimonios y la ampliación de los ya conocidos.

De esta forma, el DsD tomó contacto personal y /o telefónico con Marcos Taire, Morales Solá, René Sallas, diversos periodistas tucumanos que viven en dicha provincia y / o en la Capital Federal y con profesionales del diario La Gaceta de Tucumán. Aclaramos que el DsD nunca tomó contacto con el periodista López Echagüe, con quien además nuestra publicación no ha tenido ni tiene relación alguna.

En abril la nota estaba terminada. Pero nunca se editó, debido a que en realidad constituía simplemente un buen resúmen de todo lo publicado hasta entonces.

Sin embargo, distintos aspectos eran inquietantes. Por ejemplo, algunos periodistas que aceptaron hablar en “off” con el DsD aseguraron que “hasta 1976, Morales Solá trabajó en La Gaceta como redactor de la sección política. Toda la información sobre el Operativo Independencia la manejaban él - simultáneamente corresponsal de Clarín - Rubén Rodó y el secretario de Redacción, Julio Aldonate”. A la vez, la investigación no pudo ubicar ni siquiera a un profesional que avalara en dicha provincia lo sostenido por Morales Solá.

Ciertamente la polémica periodística no superaba los límites de los testimonios personales enfrentados.

Tiempo después la investigación tuvo un giro inesperado. En un nuevo relevamiento del diario La Gaceta de Tucumán se pudo ubicar una foto publicada el 8 de junio de 1976 donde se ve claramente a Morales Solá junto a un grupo de militares y periodistas mientras hace uso de la palabra el por entonces general Bussi. Como estamos en la era digital, tal vez algún lector podrá pensar que se trata de un truco fotográfico. Pues bien, invitamos a visitar la colección de La Gaceta de Tucumán – en cualquier hemeroteca del país - y verificar que la foto fue publicada en la página 5 del diario.

La foto, que ilustra esta nota, dice todo.

El texto de la información que acompaña a dicha foto dice lo siguiente:

“Con motivo del día del periodista, el gobernador de Tucumán, general Antonio Domingo Bussi, agasajó ayer a los representantes de todos los medios de prensa de la provincia. Asistieron también ministros y secretarios de Estado”.

Según el artículo el entonces gobernador dijo que “el gobierno de la provincia no quería dejar pasar por alto un día tan significativo para ustedes y tan importante para la provincia, sin invitarlos a este sencillo homenaje, para adherirnos de todo corazón al día que celebran, agradecerles toda la colaboración que nos vienen brindando, exhortarlos a que continúen prestando el mismo apoyo, entendiendo que sólo a través de ustedes y con ustedes podemos hacer llegar a la opinión pública nuestras preocupaciones y tentar la búsqueda de soluciones a los acuciantes problemas que nos preocupan, nos animan y nos impulsan”.

Un tema que nunca termina, porque el debate nunca empieza

Hace 20 años que la Argentina supo recuperar su aún incompleta democracia. En dos décadas, el periodismo argentino ha sabido gozar de la confianza de la opinión pública, en grados elevados.

Empresas y periodistas fueron considerados por la opinión pública – y por cierto que lo siguen siendo, aún hoy auque en menor medida – paladines que investigan y denuncian desde cuestiones de Estado, pasando por hechos de corrupción hasta crímenes impunes.

El periodismo argentino en general ha sido crítico de nuestra clase de dirigentes políticos, de nuestros sucesivos funcionarios, de nuestro sindicalismo, de militares con pasado de represores, entre otros casos.

Así el periodismo pasó 20 años silbando bajito sin mirarse nunca al espejo propio.

Sin embargo, ni las empresas periodísticas ni un selecto grupo de periodistas que durante la pasada dictadura ya se desenvolvían en puestos relevantes y forjaban la opinión pública desde diarios, radios y revistas han hecho su autocrítica. Veinte años parecen no ser nada…

Por eso este debate va y viene. Vuelve siempre.

¿No fueron acaso sometidos a la censura del régimen, aceptando la autocensura y colaborando en la difusión de los objetivos del gobierno de facto?

¿Tiene Morales Solá que defenderse de las críticas de López Echagüe afirmando, como lo hizo, que provienen de “quienes están interesados en destruir la honra y el prestigio de los periodistas que ejercemos la profesión con claros principios éticos”.

El DsD tiene en su poder varias notas publicadas y firmadas por Morales Solá hasta agosto de 1976. Podríamos ocupar este espacio detallándolas. Para demostrar así que el periodista destacó públicamente los logros del Operativo Independencia, valoró las ideas de Bussi y se las explicó a sus lectores.

Les preguntamos a nuestros lectores: ¿Hace falta?.

Por de pronto, Morales Solá sí conoció al “general genocida” Bussi. Sí estuvo con él en Tucumán, durante 1976. López Echagüe y Taire tienen razón.

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